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domingo, 18 de septiembre de 2011

VALORES PATRIOS.




Por: Capitán de Navío DEM René F. Maradiaga

Los valores son parte de nosotros mismos, guías de nuestra existencia porque nos hacen vivir. Si se consigue practicarlos en la propia vivencia personal, constituyen el único y verdadero estado de bienestar y de la felicidad humana. Con los valores patrios sucede algo similar, pero lamentablemente la gran mayoría de los hondureños no los practicamos por la simple y sencilla razón de que los hemos olvidado o no nos interesa conocer. Hace años que terminó de impartirse la asignatura de moral y cívica en la primaria y secundaria. Ya no es común que la gente se ponga de pie cuando escucha el himno nacional en eventos deportivos, culturales o políticos que se transmiten por televisión. Pocos son los que saben que los símbolos patrios son la bandera nacional, el himno y el escudo nacional. Las reconocidas fiestas patrias intentan fomentar y divulgar esos valores patrios, hecho que llama poderosamente la atención en estos tiempos tan convulsionados en donde aparentemente lo que menos importa es fomentar los mismos.

Los valores patrios son aquellos sentimientos que vinculan a un ser humano con su patria. Es el sentimiento que se tiene por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, cultura, historia y afectos. Es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o también a una nación. Por ello las acciones llamadas patrióticas son acciones que sirven para mostrar el amor que tiene uno hacia su país. Para algunos, el ejemplo más claro es el de morir en el campo de batalla por el amor sacrosanto profesado a ella, para otros existen otros ejemplos menos extremos, como desplegar la bandera nacional de manera reverente y respetuosa mostrando un orgullo nacional, sin embargo para otros ciudadanos se confunde ese valor patrio con el mar de insatisfacciones personales y sociales enarbolando la bandera nacional en una verja o portón, el chasis de un vehículo o el estandarte de un palo de escoba o trapeador.

Los valores patrios van mas allá de lo que mostramos producto de nuestros espíritus revolucionarios ellos van mas allá de la existencia un sentimiento profundo en nuestro ser de orgullo de nuestros apellidos, de nuestros antepasados, de sus experiencias de valor, sus costumbres y tradiciones, de sus esfuerzos y logros de un agradecimiento y reconocimiento de tantos y tantos héroes anónimos que con su ejemplo y laboriosidad nos enseñan realmente el cómo se hace patria día a día: el campesino, el soldado, el estudiante, el obrero, el profesional que hace lo que debe hacer, de la mejor manera posible, también involucra la defensa de las sanas costumbres, del medio ambiente, de las diferencias, de los logros por méritos, y sobre todo del respeto por el derecho de los demás.

Es necesario cambiar de actitud, debemos ser proactivos hacia el futuro, no se puede seguir asimilando los valores patrios a nostalgias, a hechos pasados, lo que hagamos aquí y ahora por ello es fundamental ver en las crisis no obstáculos, sino peldaños para avanzar, para construir entre todos una Honduras mejor para nuestros descendientes. Como bien lo expreso nuestro héroe nacional Francisco Morazán en su testamento, “excito a la juventud que es la llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza, antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra”, la grandeza Morazanica estuvo precisamente en la eficacia de sus servicios a los ideales auténticos de la patria.

De la lección del pasado recibimos fuerza para el presente y razón de esperanza para el futuro, por esa razón hagamos nuestro el interés nacional por fomentar entre nuestra familia nuestros descendientes los valores patrios a fin de merecer cada día más el honor de ser Hondureños.

Hay que recordar que " Los valores patrios son mucho más que izar la bandera el 15 de septiembre o cantar el Himno Nacional en el estadio" La patria es continuidad y todos somos obreros de su grandeza. No basta con declararnos independientes, porque la independencia y la libertad peligran cuando los pueblos no se sienten dispuestos a renovarlas con todas sus acciones y todos sus pensamientos. Por esa razón, fomentar entre la niñez y la juventud los valores patrios demuestra la convicción de nuestros próceres por dejar sembrado en la conciencia de los catrachos de hoy y mañana, que la patria es y seguirá siendo obra de todos los hondureños. Honduras nuestra amada patria merece un mejor destino, nuestros niños en las escuelas merecen un mejor destino, nuestros jóvenes en las aulas de su aspiración profesional y futuras merecen un mejor destino.

En la actualidad de nuestro diario vivir observamos un mundo en el cual a “lo bueno se le dice malo y a lo malo se le dice bueno”; un mundo apocalíptico en el cual para unos hacer patria es empuñar piedras en las manos y con pañoletas rojas cubriendo nuestros rostros incitar a la violencia, caos e insurrección para otros los valores patrios se enfundan en las aulas de clases con nuestros rostros al descubierto en la obtención del conocimiento para librar las luchas que enfunden el pensamiento crítico, el dialogo y la paz, de allí que nuestro mas acrisolado soldado de la patria Francisco Morazán, manifestó que “la educación es el alma de los pueblos y el abono de los ejércitos de la libertad”

Hagamos patria inculcando los valores más elementales que legaron nuestros próceres en la escuela, en la academia, en el hogar, en la sociedad, en el Estado y que no solo sea en el mes de septiembre porque la Republica Libre Soberana e Independiente llamada Honduras existirá mientras existan los valores patrios.

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