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miércoles, 23 de julio de 2014

Valiosas pérdidas.





Por: José A. San Martín F.
Cnel. de Aviación ®.


Se nota el incremento de las acciones que los operadores de justicia, particularmente la Policía Nacional (PN) y las Fuerzas Armadas (FF AA), realizan a lo largo y ancho del país para detener y/o reducir las actividades que realizan los miembros del crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común. Es a través de las noticias en los diarios hablados, escritos y televisados que nos damos cuenta como día a día se realizan acciones en contra de la incansable ola de delincuencia que abate a nuestro país.

Pero, al igual que esas noticias, paralelo a ellas, también aparecen en los mismos noticieros, los crímenes que a diario cometen los delincuentes.

Desde hace muchísimo tiempo dejamos de ver el transcurrir tranquilo, sin lamentaciones en la actividad diaria de los hondureños. Es obvio que ese incremento de la delincuencia se debe, entre otras causas importantes, a la incapacidad de nuestras instituciones encargadas de la prevención, supresión y control de las actividades delictivas.

La PN ha demostrado ser insuficiente, incapaz e inefectiva para hacer frente al poderoso engranaje que mueve las actividades del crimen organizado, así como también han sido incapaces de ejercer control de la delincuencia común. A diario aparecen muertos por todos lados; a diario roban celulares, carteras, pulseras, pendientes, casas, etc., y aunque se diga que se está reduciendo el crimen, no se ve, porque las noticias de criminalidad están a la orden del día. Lamentable porque no sabemos a quién creer; lo cierto es lo que aparece en los noticieros.

Para ayudarle a la PN, el gobierno determinó ordenar a las FF AA echarle una mano, con soldados mediocremente formados en la función pública policial. Ya han existido casos lamentables producto del empleo de los militares ejecutando esta función. En estas nuevas ocupaciones asignadas a las FF AA, en donde participan las tres fuerzas (Ejército, Aérea y Naval) para apoyar las funciones de la PN, existen ciertos aspectos que son de importancia analizar: Primero, las FF AA han entrado en un desgaste al realizar una actividad -policial- que es permanente y no temporal; segundo, esta actividad distrae el concepto doctrinario de la aplicación militar en los conflictos existiendo el peligro de reducir considerablemente la eficacia de las FF AA en las operaciones de defensa de nuestra soberanía; tercero, el peligro de contaminación del elemento castrense por estar lidiando a diario con el crimen organizado y el narcotráfico, etc.

También ha aparecido un nuevo factor como resultado de las malas decisiones. Recientemente ocurrió el asesinato del suboficial de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), Arcel Ramón Cardona, técnico de Aviación especializado en armamento aéreo y motores jet asignado a la Base Aérea Armando Escalón, en La Lima, Cortés, que le ha costado muchísimo tiempo y dinero al Estado para prepararlo técnica y profesionalmente. Aparentemente fue asesinado vilmente por el crimen organizado; según se cree, como resultado de su labor en la función policial que los miembros de las FF AA ahora realizan. ¿Técnicos de Aviación haciendo de policía en la calle? ¿Qué se puede esperar de estas decisiones? Y no solo esto, también pilotos son asignados a integrar grupos de apoyo a las actividades que contra el narcotráfico y el crimen organizado realizan la PN y el Ejército a nivel nacional.

Naturalmente que la FAH debe apoyar a la PN en el combate de la criminalidad, lo dice la Constitución, pero haciendo lo que su especialidad le dicta y permite: el empleo de sus elementos aéreos, aeronaves, aplicados doctrinariamente para asegurar el éxito operacional.
Los técnicos de Aviación aplicando sus conocimientos para mantener el equipo operable, los policías aéreos proporcionando la seguridad de instalaciones y aeronaves, que es para lo que han sido entrenados, y los pilotos volando en apoyo a los organismos estatales encargados del combate a la delincuencia. Realizando efectivamente sus funciones especializadas, permitirán a la FAH un mejor desempeño y con mejores resultados en apoyo a la Policia Nacional.

El Ejército, la Fuerza Aérea y la Fuerza Naval, no son entrenadas en la función policial ni su doctrina lo es. Sin embargo, se pueden constituir en una herramienta enormemente efectiva para ese propósito, siempre y cuando sean utilizadas doctrinariamente con sabiduría, inteligencias y determinación.