Por: Israel C. Turcios Rodríguez
El 20 de julio de 1954, y con fundamento en el Convenio de Ayuda Militar suscrito entre el gobierno de Honduras y Estados Unidos de América, se fundó el Primer Batallón de Infantería, con sede en el lugar denominado EL OCOTAL, jurisdicción de la aldea Las Casitas en la comprensión del municipio del Distrito Central, departamento de Francisco Morazán, habiendo construido, con posterioridad el fuerte “General Cabañas”.
Esta prestigiada unidad militar fue formada por oficiales y personal de tropa de la Escuela Militar “General Francisco Morazán” y quienes a su vez, en su mayoría, procedía de la Escuela Básica de Armas, fundada en el período presidencial del doctor general Tiburcio Carías Andino el 20 de abril de 1946 y también de la Escuela de Cabos y Sargentos.
Este Batallón, fue trasladado años después, al lugar donde actualmente se encuentra y cerca del anterior, está rodeado de colinas y de verdes pinares, y tuvo como primer comandante al mayor José López Aguilar. En la firma del Convenio Militar relacionado, tuvo una participación magnífica el entonces Jefe de Estado Mayor del Ejército, coronel Armando Velásquez Cerrato y el Agregado Militar de Honduras en Washington, coronel y doctor Roberto Zepeda Turcios, veterano de la Segunda Guerra Mundial, y quien e incorporado a las fuerzas aliadas, había ofrendado su vida por la libertad y por un mundo mejor, en diversos campos de batalla desde el desembarco en las playas de Normandía (Francia) el 6 de junio de 1944, hasta la liberación de Roma, la ciudad santa.
El Primer Batallón de Infantería así conocido en las páginas épicas de la historia nacional y durante su existencia ha escrito capítulos llenos de bizarría en varios acontecimientos bélicos, siendo los de mayor importancia los siguientes:
1. En la rendición del Cuartel San Francisco en esta capital, la noche lúgubre y tenebrosa del primero de agosto de 1956, y donde cayó abatido por las balas enemigas, el comandante de dicha unidad, el mayor Juan Pablo Silva Salinas, ascendido póstumamente, al grado de Teniente Coronel y sepultado con los más altos honores de un militar muerto en el cumplimiento del deber. 2. Participación en el conflicto bélico con la hermana República de Nicaragua, por la toma de la Guarnición de Mocorón por la Guardia Nacional en mayo de 1957 y 3. Participación directa en 1969 en la guerra llamada de las 100 Horas con la hermana república de El Salvador. En aquellos días de emoción nacional, este batallón fue el primero en entrar a la línea de fuego en el frente sur, al mando del entonces mayor Policarpo Paz García y de otros oficiales de mucho coraje y con el apoyo de la Fuerza Aérea Hondureña.
Y como una gesta, traemos al recuerdo de la sociedad hondureña y especialmente de la juventud, que dos de los que formaron el Primer Batallón de Infantería, después comandantes del mismo, y con el correr de los años, uno de ellos, el general Juan Alberto Melgar Castro, llegó a ser Jefe de Estado de Honduras (1975-1978) y el también general Policarpo Paz García, fue Presidente Provisional de la República (1980-1982), y quienes se desempeñaron con pundonor, patriotismo, sin sectarismo político, con decoro y con mucho respeto a la hacienda pública y que por un designio del destino ambos ya partieron hacia la Mansión Celestial.
Con motivo de la celebración del 58 aniversario de la unidad insigne de la institución armada, el comandante de la misma el coronel diplomado en Comando y Estado Mayor y Máster, Ramiro Aurelio Archaga Paz, celebró tan apreciable efemérides, el dos de agosto del año en curso. Los actos se iniciaron a las 10:00 de la mañana, después de la entonación del Himno Nacional, el coronel Archaga Paz, pronunció un discurso histórico, expresando entre otros pensamientos, “solo en la guerra puede apreciarse las virtudes heroicas del soldado hondureño”; tomó la palabra el comandante del Ejército, general Wilfredo Efraín Oliva López, quien expresó con gran soltura de palabras, la trayectoria de la unidad militar y de último hizo uso de la palabra el ministro de Defensa, el licenciado Marlon Pascua Cerrato, confirmando las tesis esbozadas por los anteriores altos jefes militares. A continuación el comandante de la unidad, invitó a los asistentes a una barbacoa, siendo debidamente atendidos por la esposa del comandante, la profesora Rosa Elena Alvarado de Archaga, juntamente con un grupo de bellas damitas que formaban el protocolo, y mientras tanto un grupo artístico compuesto por miembros del batallón, entonaban canciones de tiempos idos y que jamás volverán, entre otras aquella que en una de sus estrofas dice: “Qué andan haciendo esas gaviotas, qué andan haciendo fuera del mar”.
Entre los invitados estábamos: el coronel Raynel Fúnez Ponce, comandante de las Fuerzas Especiales, el coronel retirado y héroe nacional, Matías Hernández García; el coronel retirado José Luis Zambrano, el licenciado Aníbal Alvarado, periodista y licenciado Carlos Ortiz (presidente de la A.P.H., próximo integrante del equipo de campaña del general licenciado en Economía, Romeo Vásquez Velásquez), Juan Bautista Vásquez y Yoanna Chapas Archaga y otros.
Según pudimos apreciar esta unidad al mando del coronel Archaga Paz, está llevando a cabo una serie de proyectos tanto civiles como militares y con el apoyo directo del alto mando, en el campo militar (cursos, seminarios y conferencias sobre diferentes temas) y en el campo civil, en la educación y en el aspecto social con brigadas médicas y en combinación con la acción cívica del Ejército. El comandante Archaga Paz, pudimos observar que tiene mucha inteligencia, capacidad y don de mando e inculca a sus subordinados valores (justicia, honor, patriotismo y lealtad).
Al cumplirse en esta fecha el 58 aniversario de esta unidad militar epopéica, mis sinceras felicitaciones al señor comandante, oficiales, personal auxiliar y expresándoles que la sociedad hondureña aprecia sus esfuerzos y los actos de heroísmo por mantener juntamente con los demás órganos que conforman la institución armada, incólume, la soberanía nacional, la integridad territorial, el prestigio y el honor de la República.
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