Tomado y recopilado del sitio Honduras en sus manos en FB.
Militares de Carrera desconocidos en la actualidad en Honduras.
Anales de la Historia
3 meses combatiendo a las fuerzas del general Ferrera
Ha regresado a Tegucigalpa el señor ministro de Guerra y Marina, General don Vicente Tosta. Tres meses permaneció este bizarro militar en las comarcas occidentales de la República, reduciendo al orden a las huestes facciosas que lanzara contra el gobierno Constitucional de l...a República el general Gregorio Ferrera.
La labor del General Tosta y del Ejército que comandaba ha sido heroica y de incalculable provecho para el crédito y la civilización del país, que se vio seriamente amenazado con la irrupción indígena de Intibucá, provocada por caudillos ambiciosos que, ciegos por su sed de mando, no vieron la triste situación en que se encontraba la República y el mal inmenso que le causaba con sus constantes atentados contra la paz pública y la tranquilidad social.
Los enemigos del actual gobierno, que no han podido negar el valor militar y los méritos personales del General Tosta y que comprendieron que su presencia en los sectores de occidente daría un triunfo indudable a la causa de la legalidad, se dieron por mucho tiempo a la ridícula e infecunda tarea de forjar leyendas de desprestigio alrededor de la actuación del genial estratega hondureño, y cuando ya la falsía no pudo más, los innobles adversarios inventaron su muerte y trasmitieron esa noticia a todos los rumbos de Centro América, para dar un consuelo momentáneo y una fugaz esperanza a los que de lejos han estado esperando el advenimiento de un orden de cosas imposible ya en nuestra patria.
Vive el General Tosta, para el bien de la República y para orgullo del Ejército hondureño y vive cada vez más optimista, cada vez más enérgico, cada vez más entusiasta por la paz, por el progreso y el engrandecimiento de la nación y siempre convencido de que todos los impulsos deben dirigirse a realizar la definitiva reconciliación de la familia hondureña, borrando las divisiones circunstanciales de un partidarismo retrógrado y corruptor.
Yo puedo creer que la guerra ha terminado en Occidente cuando el general Tosta regrese a Tegucigalpa.
Eso nos decía hace poco –incrédulo y malicioso– un obcecado adversario del actual gobierno.
Ya está aquí, pues, el vencedor de las hordas rebeldes de Z. Pérez. Ya ha regresado del campo de operaciones el jefe sereno y valeroso que supo imponer el triunfo en las serranías de Malguara y reducir al orden a las montoneras de indígenas que azuzados por caudillos impenitentes sembraron el pavor, a sangre y fuego, en poblaciones indefensas y lejanas.
El regreso del General Tosta a la capital trae el convencimiento de que la paz se consolida. Y el fracaso que han sufrido los revoltosos en los lugares en donde presentaron acción, es la mejor prueba de la fuerza de los gobiernos que están respaldados por la opinión pública y sostenidos por el apoyo moral de los países vecinos y de las naciones extranjeras.
Las guerras, hechas así, por puro gusto, ya no prosperan en Honduras.
Sólo por el camino del orden y de la ley pueden los aspirantes conquistar las cumbres del poder público.
LUX celebra el retorno del General Tosta; lo felicita por las brillantes acciones realizadas en Occidente y le desea largos días de calma y de ventura en el seno de su estimable hogar.
Fuente: Revista de Información y Variedades, Tegucigalpa, 9 de agosto de 1925.
Militares de Carrera desconocidos en la actualidad en Honduras.
Anales de la Historia
3 meses combatiendo a las fuerzas del general Ferrera
Ha regresado a Tegucigalpa el señor ministro de Guerra y Marina, General don Vicente Tosta. Tres meses permaneció este bizarro militar en las comarcas occidentales de la República, reduciendo al orden a las huestes facciosas que lanzara contra el gobierno Constitucional de l...a República el general Gregorio Ferrera.
La labor del General Tosta y del Ejército que comandaba ha sido heroica y de incalculable provecho para el crédito y la civilización del país, que se vio seriamente amenazado con la irrupción indígena de Intibucá, provocada por caudillos ambiciosos que, ciegos por su sed de mando, no vieron la triste situación en que se encontraba la República y el mal inmenso que le causaba con sus constantes atentados contra la paz pública y la tranquilidad social.
Los enemigos del actual gobierno, que no han podido negar el valor militar y los méritos personales del General Tosta y que comprendieron que su presencia en los sectores de occidente daría un triunfo indudable a la causa de la legalidad, se dieron por mucho tiempo a la ridícula e infecunda tarea de forjar leyendas de desprestigio alrededor de la actuación del genial estratega hondureño, y cuando ya la falsía no pudo más, los innobles adversarios inventaron su muerte y trasmitieron esa noticia a todos los rumbos de Centro América, para dar un consuelo momentáneo y una fugaz esperanza a los que de lejos han estado esperando el advenimiento de un orden de cosas imposible ya en nuestra patria.
Vive el General Tosta, para el bien de la República y para orgullo del Ejército hondureño y vive cada vez más optimista, cada vez más enérgico, cada vez más entusiasta por la paz, por el progreso y el engrandecimiento de la nación y siempre convencido de que todos los impulsos deben dirigirse a realizar la definitiva reconciliación de la familia hondureña, borrando las divisiones circunstanciales de un partidarismo retrógrado y corruptor.
Yo puedo creer que la guerra ha terminado en Occidente cuando el general Tosta regrese a Tegucigalpa.
Eso nos decía hace poco –incrédulo y malicioso– un obcecado adversario del actual gobierno.
Ya está aquí, pues, el vencedor de las hordas rebeldes de Z. Pérez. Ya ha regresado del campo de operaciones el jefe sereno y valeroso que supo imponer el triunfo en las serranías de Malguara y reducir al orden a las montoneras de indígenas que azuzados por caudillos impenitentes sembraron el pavor, a sangre y fuego, en poblaciones indefensas y lejanas.
El regreso del General Tosta a la capital trae el convencimiento de que la paz se consolida. Y el fracaso que han sufrido los revoltosos en los lugares en donde presentaron acción, es la mejor prueba de la fuerza de los gobiernos que están respaldados por la opinión pública y sostenidos por el apoyo moral de los países vecinos y de las naciones extranjeras.
Las guerras, hechas así, por puro gusto, ya no prosperan en Honduras.
Sólo por el camino del orden y de la ley pueden los aspirantes conquistar las cumbres del poder público.
LUX celebra el retorno del General Tosta; lo felicita por las brillantes acciones realizadas en Occidente y le desea largos días de calma y de ventura en el seno de su estimable hogar.
Fuente: Revista de Información y Variedades, Tegucigalpa, 9 de agosto de 1925.
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