Sir Arthur Wellesley .
Foto y retrato de la Galeria Nacional de Londres.
Duque Wellington, Marques de Douro, Principe de Waterloo, Duque de la ciudad de Rodrigo Grande de España, Caballero de la Jarretera, Caballero de San Patricio, Gran Cruz de la Orden del Baño, Gran Cruz de la Orden Güelfa, Consejero Privado, Caballero de la Real Sociedad Británica (Dublín, Irlanda, 1 de mayo de 1769 — 14 de septiembre de 1852), fue un militar irlandés, político y hombre de estado.
Wellesley está considerado como una de las principales figuras militares y políticas del siglo XIX. Procedente de familia noble (su padre fue el primer conde de Mornington y su hermano mayor, que heredaría el condado de su padre, crearía el marquesado de Wellesley). Dos de sus otros hermanos serían además Barones (Maryborough y Cowley). Habiéndosele asignado una insignia en el ejército británico, su destacada actuación en las Guerras Napoleónicas le valieron el rango de Mariscal de Campo.
Wellesley comandó a las fuerzas aliadas durante la Guerra de la Independencia, expulsando al ejército francés de España y llegando a invadir el sur de Francia. Victorioso y elevado a la condición de héroe en Inglaterra, fue obligado a regresar a Europa para mandar las fuerzas anglo-aliadas en la batalla de Waterloo, tras la cual Napoleón fue exiliado permanentemente a Santa Helena. Wellington es comparado frecuentemente con el primer Duque de Malborough, con el cual compartía muchas características, principalmente la transición a la vida política tras una exitosa carrera militar. Wellington fue primer ministro por el partido «tory» en dos ocasiones separadas, y fue una de las principales figuras de la Cámara de los Lores hasta su retiro en 1846.
El duque de Wellington está considerado como uno de los héroes más aclamados de la historia del Reino Unido y de la Historia del Mundo. Su fama iguala o incluso supera a figuras tan grandiosas como el vicealmirante Lord Horatio Nelson, Winston Churchill o el también mariscal de campo Bernard Montgomery. Su mansión londinense (Apsley House) está abierta al público como museo y exhibe los numerosos regalos que recopiló, obras de arte y objetos de lujo, obsequiados por varios gobiernos y casas reales.
Las Guerras Napoleonicas.
Fue entre 1808 y 1815 cuando Wellesley llevó a cabo las hazañas que le otorgaron un lugar en la historia. Desde 1789, Francia se había visto envuelta en la Revolución, y tras llegar al gobierno en 1799, Napoleón se había hecho de facto con el poder en Europa. El gobierno británico buscaba opciones para terminar con la amenaza de Napoleón, y Wellesley ayudó a obtenerlas.
En primer lugar, llegó como comandante en la expedición a Dinamarca en 1807, lo que pronto le promocionó a Teniente-General, siendo transferido a la guerra en la Península Ibérica, donde combatió junto con William Carr Beresford. Aunque esta guerra no iba demasiado bien, era el único lugar donde las fuerzas inglesas (y portuguesas) habían conseguido un frente en el territorio continental contra Francia y sus aliados (la desastrosa Expedición Walcheren fue una de las expediciones fallidas típicas de la época). Wellesley había enviado un memorándum a Lord Castlereagh sobre la defensa de Portugal, y Castlereagh le nombró jefe de la fuerza expedicionaria. Wellesley derrotó a los franceses en la batalla de Roliça y en la batalla de Vimeiro, en 1808.
La resultante Convención de Cintra, que estipulaba que el ejército británico transportaría al francés fuera de Lisboa con todo su equipamiento, fue muy controvertida, y Wellesley fue brevemente reclamado a Inglaterra. Mientras tanto, el mismo Napoleón había llegado a España con sus tropas de veteranos, y cuando el Comandante en Jefe, Sir John Moore, murió durante la batalla de La Coruña, Wellesley fue nombrado nuevo Comandante en Jefe de todas las fuerzas británicas en Portugal, volviendo a la Península en abril de 1809.
El 27 de julio de 1809 derrotó a uno de los ejércitos del rey José Bonaparte (el hermano mayor de Napoleón) en la batalla de Talavera. Por este éxito fue ascendido al status nobiliario con el título de Vizconde de Wellington, de Talavera y de Wellington en el Condado de Somerset. Cuando los franceses invadieron de nuevo Portugal en 1810, les detuvo en Buçaco, bloqueándoles posteriormente e impidiéndoles tomar la península de Lisboa gracias a sus magníficamente construidas líneas terrestres de defensa en Torres Vedras, junto con la protección marítima de la Armada Real Inglesa (la incruenta batalla de Lisboa). Las apabulladas y hambrientas fuerzas francesas de invasión se retiraron tras seis meses, tras lo cual Wellesley expulsó definitivamente a Francia de Portugal en 1811, luchando en las batallas de Fuentes de Oñoro y La Albuera. En mayo de 1811 fue ascendido a General por sus servicios en Portugal.
Ya dentro de España, volvió a derrotar a los franceses en la batalla de los Arapiles, llegando a Madrid en 1812.
Sobre esta época se le hizo conde de Wellington. El contraataque francés colocó a las fuerzas inglesas en una situación precaria, pero Lord Wellington tomó el mando de todas las fuerzas aliadas en España, al tiempo que era nombrado marqués de Wellington el 3 de octubre. Sacando ventaja de la retirada de gran parte del ejército francés para participar en la desastrosa campaña rusa de Napoleón, Wellington tomó la ofensiva en 1813, culminando ésta en la batalla de Vitoria, que expulsó al enemigo de vuelta a Francia, acción por la que fue ascendido a Mariscal de Campo. En Vitoria se aprehendieron importantes cuadros que José Bonaparte quería sacar del país; Wellington se los quedaría con la aprobación del nuevo rey Fernando VII y actualmente se conservan en su mansión de Londres, Apsley House.
Después, Wellington invadió Francia, aunque fue derrotado por las fuerzas francesas en Tolosa. Poco después de esta batalla, Napoleón fue exiliado a Elba en 1814.
Aclamado como héroe y conquistador, Wellesley fue hecho Duque de Wellington, título que aún ostentan sus descendientes. Fue nombrado embajador en la Francia de Luís XVIII y tomó el puesto de Lord Castlereagh como Primer Plenipotenciario en el Congreso de Viena, donde abogó con fuerza para permitir a Francia mantener su puesto en la balanza de poderes en Europa. El 2 de enero de 1815, su título de Caballero del Baño se convirtió en el de Caballero de la Gran Cruz debido a la expansión de dicha orden.
El 26 de febrero de 1815, Napoleón abandonó su exilio en Elba para regresar a Francia, retomando el control del país en mayo. Wellington encabezó entonces la reforma de la alianza contra él. Dejó Viena para comandar las fuerzas aliadas en la campaña de Waterloo, situándose en Bélgica junto con las tropas prusianas de Gebhard Leberecht von Blücher y luchando primero en la batalla de Quatre Bras, para volver cuatro días más tarde a enfrentarse a Napoleón en la batalla de Waterloo, donde éste fue definitivamente derrotado, abdicando de nuevo el 22 de junio y siendo deportado posteriormente a la lejana isla de Santa Helena.
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